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Trump anuncia un arancel general del 5% a México como castigo por la inmigración irregular

Donald Trump dio este jueves un paso más allá en su tensa relación con México y la batalla contra la inmigración irregular y anunció un arancel del 5% en todos los productos importados del país vecino a partir del 10 de junio. Este gravamen, dijo, irá aumentando gradualmente —hasta el 25%— mientras no perciba una mejora en el control de sin papeles, un asunto que el presidente de Estados Unidos ya recriminó en su día al Gobierno de Enrique Peña Nieto y ahora al de Andrés Manuel López Obrador. De materializarse, la medida supondría un mazazo para el negocio entre dos de los mayores socios comerciales del mundo y un duro golpe para la economía del país latinoamericano.

El Ejecutivo mexicano alertó de que “lo natural y la reacción intuitiva” sería responder “ojo por ojo: con un arancel espejo del 5% a todas las importaciones de EE UU. “Pero sería irse a la jungla, cuando estamos queriendo ir hacia algo bueno [un nuevo acuerdo comercial]”, dijo el número dos de Exteriores para América del Norte, Jesús Seade. Horas después, López Obrador llamó, por carta, a evitar la confrontación y pidiendo que “se recurra al diálogo, actuando con prudencia y responsabilidad”. El peso, por su parte, reaccionó con fuertes pérdidas.

Trump había amenazado anteriormente con otra medida dañina para la propia economía estadounidense, que no se atrevió a aplicar: cerrar la frontera. También llegó a usar a los dreamers —una forma coloquial de referirse a los jóvenes migrantes que llegaron a EE UU siendo niños y han crecido como estadounidenses— como moneda de cambio. Y había advertido ya con usar la guerra arancelaria para obligar a México a adoptar medidas más radicales contra el flujo de inmigrantes indocumentados que huyen, sobre todo, de la miseria de Centroamérica. Pero no fue hasta este jueves cuando lanzó formalmente el órdago, a través de un comunicado de lenguaje muy duro. “Si la inmigración ilegal se alivia a través de medidas adoptadas por México, algo que determinaremos a nuestra discreción y criterio, los aranceles se quitarán. Si la crisis persiste, sin embargo, subirán al 10% a partir del 1 de julio”, señaló el presidente, para seguir detallando la escalada: 15% a partir del 1 de agosto; 20% desde septiembre y 25% a partir de octubre.

Que semejante amenaza tenga lugar el mismo día en el que se supo que está tratando de acelerar la aprobación en el Congreso del nuevo tratado comercial con México y Canadá —sellado el pasado otoño— resulta una contradicción solo concebible en el Universo Trump, donde no hay más estrategia que la aparente ausencia de ella: la improvisación. “Durante años, México no nos ha tratado de forma justa, pero ahora estamos defendiendo nuestros derechos como nación soberana”, se quejó en el comunicado. Pese a las tensiones, el intercambio comercial entre ambos países había mejorado en los últimos meses, hasta el punto de que en enero y febrero México se convirtió en el principal socio comercial de EE UU, rebasando a China. Además, ambos países y Canadá acaban de llegar a un acuerdo para levantar los aranceles sobre el acero y el aluminio.

Este jueves volvieron las palabras gruesas. “Recuerden, nuestro gran país ha sido una hucha de cerdito en la que todo el mundo ha querido meter mano”, señaló el presidente estadounidense. No está claro hasta dónde va a llegar con el órdago, pero, de momento, ya ha sacudido la agenda informativa de Washington en un momento que estaba resultando poco favorable para él. La declaración del fiscal especial de la trama rusa, Robert S. Mueller, negándose a exonerarle de un posible delito de obstrucción a la justicia, había agitado las llamadas al impeachment en las filas demócratas.

Colapso en el sistema de acogida de migrantes

Las amenazas de Trump a México también llegan en un día en el que se acumulan los datos sobre el colapso del sistema de acogida de inmigrantes en la frontera sur debido a la llegada masiva de familias con niños. La Patrulla Fronteriza anunció en una nota que en la madrugada del miércoles detuvo al grupo más grande jamás encontrado en la frontera de Estados Unidos. Fueron 1.036 personas que cruzaron el río Grande todas a la vez a las 4.00 de la mañana en El Paso, Texas.

Por este punto pasan familias de inmigrantes constantemente, que nada más llegar al otro lado se entregan a los agentes para pedir asilo. La situación ha desbordado la capacidad de respuesta, según ha denunciado el departamento. “La llegada de 1.036 individuos en un solo grupo, el grupo más grande que se hayan encontrado jamás los agentes, demuestra la gravedad de la crisis humanitaria y de seguridad en nuestra frontera suroeste”, dijo el comisionado Robert E. Perez en el comunicado.

Todos los detenidos en el grupo eran de Guatemala, Honduras o El Salvador. En el grupo había 39 adultos y 934 miembros de “unidades familiares” el término técnico que se usa para definir al menos un adulto acompañado de al menos un niño. Otros 63 eran menores solos. La diferencia entre unos casos y otros es que los adultos solos pueden ser detenidos hasta que se vea su caso ante un juez. Si son mexicanos, son deportados inmediatamente. Si no, están detenidos lo que dure el proceso.

Los niños, sin embargo, solo pueden estar detenidos 72 horas y después tienen que pasar a custodia de los servicios sociales para ser alojados en refugios, con familias de acogida, o con familiares que se hagan cargo de ellos en Estados Unidos. Esta situación complica enormemente el papeleo y los traslados y hace imposible gestionarlo eficientemente, según el departamento de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP), lo que colapsa los centros de internamiento. La llegada de familias con niños ha aumentado considerablemente en el último año, a pesar de que las cifras absolutas de detenciones en la frontera son bajas comparadas con los máximos históricos.

El mismo jueves, The Washington Post aseguró que más de la mitad de los 2.000 menores que se encuentran detenidos por la policía de fronteras de Estados Unidos han sobrepasado el límite legal establecido para su liberación. El diario cita fuentes del departamento y su propio análisis de los datos oficiales.

Cientos de menores están detenidos más de una semana, según las fuentes anónimas citadas por el periódico. Más de 250 menores de 12 años han estado en centros de detención, un ambiente carcelario pensado para hombres adultos solos, una media de seis días. El Departamento de Vivienda y Servicios Sociales (HHS) dijo al Post que es consciente del atraso en la entrega de los menores y afirmó que tiene sitio para acogerlos, pero aclaró que su responsabilidad empieza solo cuando están bajo su custodia. Los agentes de fronteras aseguran que las familias migrantes llegan más deprisa de lo que las pueden procesar y por eso no pueden cumplir los plazos legales.

El canciller mexicano viaja a EE UU

La reacción mexicana llegó solo minutos después del tuit de Trump y del posterior comunicado de la Casa Blanca. El subsecretario para América del Norte comparecía para, irónicamente, explicar el inicio de la tramitación parlamentaria del nuevo acuerdo comercial regional, pero tuvo que responder a la “gravísima” amenaza de Washington. “Lamento mucho el anuncio: no hay justificación. [De llevarse a la práctica] México estará en un aprieto”, subrayó. “No nos vamos a quedar cruzados de brazos hasta el 10 de junio. Habrá que hablar duro con ellos y decir: ‘no se vale”, agregó.

De cristalizar la amenaza, Jesús Seade subrayó que México deberá “responder de forma enérgica”. “No voy a aceptar que el presidente [López Obrador] decida no responder. Es imposible entre dos países que están tratando de llegar a un acuerdo de libre comercio: la regla fundamental es que los países involucrados eliminen los aranceles en la mayor parte de los productos”, añadió. Tres horas después llegó la réplica del presidente mexicano: por carta, López Obrador llamó a Trump al diálogo y anunció que una delegación encabezada por su canciller, Marcelo Ebrard, viajará este viernes a Washington “para llegar a un acuerdo en beneficio de las dos naciones”.

Como en los momentos más tensos de la relación bilateral, hace dos años, el peso mexicano sufrió a última hora de este jueves (hora americana) una fuerte caída frente a la divisa estadounidense, que por momentos rondó el 2%. Todo, a pesar de que en los últimos tiempos los inversores habían optado por una política de cautela y de no sobrerreaccionar ante los exabruptos y amenazas de Trump en Twitter. Pero en esta ocasión, el aviso de la Casa Blanca es de un calado demasiado significativo como para optar por ignorarlo. “Es algo desastroso. Esa amenaza, llevada a la acción, sería extremadamente seria”, cerró Seade en una suerte de aviso a navegantes sobre lo que está por venir: la apertura de un nuevo frente justo cuando México pensaba en una tramitación con los menores sobresaltos posibles. Ese es ya un escenario imposible.

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