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This picture taken on March 28  2017 shows residential buildings amid smog in Shanghai    AFP PHOTO   Johannes EISELE
This picture taken on March 28 2017 shows residential buildings amid smog in Shanghai AFP PHOTO Johannes EISELE

La contaminación mata más allá de las fronteras

La contaminación no entiende de fronteras y puede viajar por el aire hasta ocasionar daños en territorios muy alejados. Según un estudio internacional coordinado por la Universidad de East Anglia, en el Reino Unido, el 12% de las muertes prematuras vinculadas a la respiración de un aire de mala calidad son debidas a partículas contaminantes generadas en otra región o continente que han viajado impulsadas por las corrientes atmosféricas. Serían aproximadamente unas 411.000 muertes sobre el total de 3,45 millones anuales que se producen en el mundo, de acuerdo con las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La investigación, cuyos resultados se han publicado en la revista científica ‘Nature’, ha analizado el viaje internacional de las llamadas PM2,5, partículas sólidas de diámetro inferior a las 2,5 micras. Estas partículas ultrafinas, derivadas en gran parte de industrias y combustión de los coches, aunque también de polvo del desierto, combustión de chimeneas o sal marina, son especialmente peligrosas porque se incorporan al organismo a través de los pulmones y pueden ocasionar cáncer y diversas enfermedades cardiovasculares. El mundo se ha dividido en 13 regiones (España, por ejemplo, queda incluida en el capítulo de Europa occidental).
Lo más sorprendente del estudio es que se han cuantificado también las muertes internacionales ocasionadas por la fabricación de bienes de consumo destinados a la exportación. Poniendo un ejemplo concreto, sería el caso de la contaminación generada en China para fabricar juguetes que luego se consumen en Estados Unidos. Si se tiene en cuenta este capítulo, entonces las muertes anuales ascienden a 762.000.
TAMAÑO Y FORMA DE LAS PARTÍCULAS
Las partículas mayores se depositan pronto, pero las pequeñas PM2,5 se incorporan con facilidad a las corrientes atmosféricas. En el caso de las partículas finas de polvo sahariano, “pueden alcanzar una altura de seis kilómetros, atravesar el Mediterráneo y llegar a toda Europa”, explica Carlos Pérez García Pando, miembro de la cátedra Axa de Tormentas de Polvo y líder del grupo de Composición Atmosférica del Barcelona Supercomputing Center (BSC), no implicado en el estudio. Tras las tormentas que las impulsan en altura, permanecen en el aire unas tres semanas, aunque todo depende siempre del tamaño, de la forma y de la presencia de lluvia, añade Pérez.
Los autores han introducido los 3,45 millones de muertes prematuras anuales que estima la OMS y los datos de producción de contaminantes en un modelo computacional de circulación atmosférica global. Así han podido regionalizar la mortalidad y el origen de las partículas.
China es, según el estudio, el principal exportador de contaminación. Las PM2,5 derivadas de su actividad industrial ocasionan 64.800 muertes prematuras en el resto del mundo, incluyendo 3.100 en Europa occidental y una cifra similar en Estados Unidos. Sin embargo, los grandes damnificados son sus vecinos: el 40% de las muertes vinculadas a la mala calidad del aire en la región Resto de Asia (Corea y Japón) son debidas a partículas llegadas de China. El impacto de vecindad también es notorio en América: EEUU, por ejemplo, es responsable del 47% de las muertes prematuras por contaminación que se producen en Canadá.
COSTES AMBIENTALES
Y está claro que China no lo hace a propósito, como recuerdan los autores del trabajo. Los investigadores sostienen que la fabricación de bienes que luego se consumen en Europa occidental y Estados Unidos acarrea anualmente 108.600 muertes prematuras dentro de las fronteras del gigante asiático. Los investigadores insisten en que algunas de las industrias más contaminantes se han trasladado a China en busca de costes más bajos y controles de calidad ambiental más permisivos. Y luego llegan las consecuencias.
“El transporte de contaminantes es un proceso muy conocido, analizado incluso mediante satélites, pero los investigadores de East Anglia han aportado una versión original al combinarlo con los datos de producción de bienes”, comenta Carlos Pérez.
“Nuestros resultados revelan que los impactos interregionales en la salud asociados con la contaminación de PM2,5 como resultado del comercio internacional [fabricación de bienes] son más altos que aquellos resultado del transporte de contaminantes atmosféricos a larga distancia -escribe Dabo Guan, profesor de Economía del Cambio Climático en East Anglia-. Esto indica que la mortalidad prematura relacionada con la contaminación del aire es algo más que un problema local. El comercio internacional globaliza aún más la mortalidad”. Los autores sugieren que las políticas regionales para regular la calidad del aire imponiendo un precio a las emisiones contaminantes pueden ser efectivas y, en algunos casos, una proporción considerable de los costos generales de dichas políticas podría ser compartida con los consumidores de otras regiones.
El periodico

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