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Emmanuel Macron echa un nuevo pulso a los chalecos amarillos

La detención de Éric Drouet, figura controvertida de los ‘chalecos amarillos’, causa malestar en el movimiento y en la oposición

La detención de uno de los líderes de los “chalecos amarillos” dispara las críticas al Gobierno

Dimite el director de comunicación de Emmanuel Macron

Tras un 2018 nefasto, marcado por su desplome en las encuestas y la crisis de los ‘chalecos amarillos’, el presidente Emmanuel Macron comienza 2019 más combativo y dispuesto a echar un nuevo pulso a ese movimiento social.

La breve detención de Éric Drouet, figura controvertida de los ‘chalecos amarillos’, ha causado malestar en el movimiento y en la oposición. Drouet, camionero de profesión de 33 años, se hizo famoso en Francia cuando llamó en televisión “a entrar al Eliseo” antes de una manifestación. Luego aclaró que no lo decía para romper nada, sino que quería que se escucharan las reivindicaciones de los ‘chalecos amarillos’.

Drouet fue detenido el miércoles por la noche en París por organizar una manifestación en los Campos Elíseos sin autorización. Los ‘chalecos amarillos’ aseguran que solo querían rendir homenaje a la decena de personas que han muerto en accidentes desde que se inició el movimiento en noviembre.

Este ‘chaleco amarillo’ denunció que es víctima de una persecución política. Era la segunda vez que lo arrestaban en quince días. La primera por llevar una porra en una manifestación. “Todo lo que pasa aquí es puramente político. Intentan cargarnos responsabilidades sobre nuestras espaldas cuando no hacemos nada”, dijo este ‘chaleco amarillo’ tras salir de prisión preventiva.

“Lamentablemente, tengo la impresión de que el Gobierno quiere radicalizar al movimiento. El Ejecutivo no hace más que echar leña al fuego”, opinó Benjamin Cauchy, un ‘chaleco amarillo’ más moderado. El izquierdista Jean-Luc Mélenchon, del partido La Francia Insumisa, calificó la detención de Drouet de “abuso de poder”.

Tras siete semanas de intensas protestas, algunas de ellas violentas, los ‘chalecos amarillos’ no están dispuestos a dar su brazo a torcer. Aunque el movimiento ha perdido fuerza a medida que avanzan los días, los ‘chalecos amarillos’ anuncian más protestas en 2019.

Este movimiento social comenzó como una protesta en la Francia rural contra el alza del precio de los carburantes, pero se extendió rápidamente por todo el país para convertirse en un símbolo del malestar de los franceses que no llegan a final de mes.

El presidente, que considera que éste será “un año decisivo”, deberá, por tanto, ir con pies de plomo si no quiere reavivar la ira de los ‘chalecos amarillos’ cuando lleve a cabo las reformas que tiene pendientes: la reforma de las pensiones, del seguro de desempleo y la reforma constitucional, entre otras.

Macron busca estos días cómo relanzar su Presidencia, volver a ganarse la confianza de los franceses, llevar a cabo sus reformas pendientes y movilizar a sus votantes en las elecciones europeas de mayo.

Deberá comenzar el año buscando un nuevo director de comunicación del Palacio del Elíseo. Sylvain Fort, que escribía sus discursos desde la campaña presidencial y que era su consejero en materia de comunicación, ha anunciado su dimisión, que se hará efectiva a mediados de enero. Abandona el barco en plena crisis.

El presidente escribirá a mediados de enero una carta a los franceses en el contexto del debate nacional que ha convocado para salir de la crisis de los “chalecos amarillos”. En tiempos de WhatsApp y Twitter, el presidente recurrirá a la pluma para renovar su diálogo con los franceses, como antes lo hicieran François Mitterrand en 1988 y Nicolas Sarkozy en 2012.

Macron fue elegido en mayo de 2017 presidente de Francia en la segunda vuelta con el 66,1% de los votos, pero ha visto como su popularidad caía en picado en 2018: al final del año contaba solo con el 23% de apoyos.

Volver a ganarse la confianza de los franceses no será fácil. El mandatario no ha conseguido quitarse la etiqueta de “presidente de los ricos” que le han puesto sus detractores. Tampoco ha sabido manejar bien la crisis de los ‘chalecos amarillos’, apareciendo ante la opinión pública como un presidente distante y desconectado de los problemas cotidianos de los franceses.

Macron, que se presentó cuando fue elegido presidente como abanderado del europeísmo en tiempos de eurofobia y populismo en el continente, también intentará movilizar a los votantes de La República en Marcha, su partido, de cara a las elecciones europeas de mayo.

Los ‘chalecos amarillos’, un movimiento social sin líderes ni estructura, debaten si transformarse en partido político de cara a los comicios europeos. Uno de cada dos franceses apoya una lista de ‘chalecos amarillos’ en estas elecciones. Los partidos de la oposición intentan camelarse a los líderes de ese movimiento para que se unan a ellos para tratar así de sacar tajada de su popularidad entre los franceses.

Si finalmente los ‘chalecos amarillos’ se presentan a los comicios, esto podría ayudar al partido de Macron, ya que podrían quitar votos al partido izquierdista de La Francia Insumisa de Mélenchon y al ultraderechista Reagrupación Nacional (ex Frente Nacional) de Marine Le Pen.

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